La necesidad de ver cuando conducimos por la noche no precisa de mucha justificación, pero sí debemos aclarar que las luces ha requerido de una importante evolución conforme los automóviles han ido ganando en prestaciones y seguridad.
Hoy día hay varios tipos de lámparas, que por supuesto ofrecen un rendimiento bueno o superior y que imponen una lógica diferencia en cuestión de precios:
Halógenas
Desde su aparición en 1962 se impusieron rápido a las de filamento incandescente gracias a un haz de luz que superaba por primera vez los 100 metros. La ventaja es que las podemos sustituir nosotros mismos (aunque ya no es obligatorio llevar lámparas de recambio) y que una bombilla te puede costar menos de cinco euros. Y el inconveniente, que de media ofrecen una vida útil inferior a las 500 horas y que consumen mucha energía en forma de calor (el filamento suele alcanzar los 2.500 grados centígrados). Hoy día aparecen en los coches de gamas baja y media.
Xenón
Aparecidas en 1991 en el BMW Serie 7, una bombilla te puede salir por entre 10 y 15 euros pero su vida útil se duplica o triplica respecto a las halógenas. Lo mejor es que su haz de luz puede alcanzar los 180 metros y su luz es muy blanca, lo que hace que el ojo tenga que esforzarse menos en ver la carretera y los posibles obstáculos. Estas bombillas ya no tienen filamento, sino un espacio hermético con dos electrodos entre los que transcurre una corriente a través de un gas, y es mejor que su sustitución la lleve a cabo personal cualificado.
Led
Esta tecnología ha hecho que nos olvidemos del xenón, y eso pese a que no ofrecen un haz de luz más largo que el de las luces de xenón. Una de sus virtudes consiste en que permiten formas de luces que antes no podíamos imaginar, por lo que se han convertido en un ‘sueño hecho realidad’ para los diseñadores. Y otra, que los diodos led son minúsculos y tienen un cambiarlos por tu cuenta porque también requieren la mano de un experto.
Led matriciales
El sistema de lámpara es el mismo de las Led, pero tiene una unidad de control inteligente que enciende o apaga de forma selectiva e independiente los muchos diodos para iluminar el interior de las curvas, los carteles indicativos y no deslumbrar al resto de conductores que viajan tanto en el mismo sentido como en el contrario.
Láser
Es lo más avanzado y en la carrera de su lanzamiento al mercado estuvieron tanto BMW como Audi, aunque fue esta última la que logró adelantarse. Se trata de un sistema muy complejo que ofrece una luz muy parecida a la del día con una proyección que alcanza los 600 metros. Esta vez los diodos concentran el haz de luz por medio de unas lentes que hacen que atraviese una sustancia fluorescente de fósforo, todo ello con un gasto energético mínimo pero con la necesidad de un sistema propio de refrigeración. Uno no elige activarlas sino que es el propio sistema el que se activa o no por sí solo en función de las condiciones de la vía o el tráfico. Son muy longevas pero lo peor de momento es el precio (en un BMW Serie 7, por ejemplo, supone un sobrecoste de 2.071 euros respecto a los de Led).
Incluso con las bombillas halógenas que llevan los pequeños utilitarios se está convirtiendo en algo común la incorporación de sensores que hacen que el coche encienda y apague las luces de forma automática en función de la luminosidad. Y conviene estar muy atento a las luces de niebla, que sirven para ver pero sobre todo para ser visto tanto por delante como por detrás cuando la niebla se espesa. En este sentido lo mejor es acompañarlas de las luces de cruce, ya que con las largas el haz alto rebota y se puede convertir en molesto para el conductor.