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Skoda Octavia 1.5 TSI: atractivo, práctico y a buen precio

Skoda Octavia 1.5 TSI: atractivo, práctico y a buen precio

Hace años que el Skoda Octavia se ganó el interés de infinidad de conductores por unas cualidades que siguen vigentes generación tras generación. Su gran amplitud en las plazas traseras (pese a que nunca su carrocería ha sido muy larga), el enorme maletero con una amplia boca de carga, la sensación de que ofrecía todo cuanto se necesita en un coche práctico y el toque del Grupo Volkswagen en acabados y en un diseño interior sobrio pero siempre atractivo jugaban a su favor.
Más que nunca, ahora deberíamos añadir a ello la estética, que varía por completo como corresponde a una nueva generación rediseñada desde cero. Y aunque nos esperábamos rasgos como el capó descendente y curvilíneo, o el nervio lateral situado entre ventanillas y tiradores de puertas que recorre su silueta a lo largo (todo ello anticipado por Superb y Scala), no por ello dejamos de pasar algunos minutos mirando el coche y admitiendo que el resultado estético es muy bueno.
Gracias a estos rasgos se puede decir que el Skoda Octavia es un Superb a escala reducida, si bien el tercer volumen se ve amplio en el ‘hermano’ mayor mientras que en el recién llegado parece muchísimo más recortado. Y esta particularidad puede llevarnos a pensar que el nuevo Skoda Octavia es más pequeño que su antecesor, cuando en realidad ha crecido 19 mm de largo y 19 de ancho para alcanzar 1.689 mm de longitud y 1.820 mm de anchura. Recorriendo este perímetro encontramos unas luces con tecnología Led que ahora son mucho más rasgadas (la doble óptica que presentó la anterior generación tras su último rediseño no convenció a todo el mundo), una parrilla sobredimensionada y ciertos algunos detalles cromados (marco de la parrilla, arista en en el parachoques frontal, marco de las ventanillas…) que le da un punto de elegancia. Y estos rasgos se encuadran en unas formas que han posibilitado un coeficiente aerodinámico de 0,24, lo que explica que después de una semana su consumo medio fuera bastante contenido.
El interior desvela un diseño de salpicadero que jamás hemos visto en un Skoda Octavia. Demasiado claro, a nuestro gusto. De hecho, el interior en beige para asientos, interior de puertas y parte baja del salpicadero se puede montar sin sobre coste en esta tonalidad y queda bien, pero la sección central de este último nos parece excesiva, sobre todo porque no parece muy aconsejable para mantener su aspecto limpio con el paso de los años. Pero centrémonos en lo importante, que es en primer lugar el diseño que nos encontramos. El volante es nuevo, con unas ruedas cromadas a ambos lados que también ejercen como botones (la izquierda nos permite actuar sobre el volumen y la derecha sirve como OK a la hora de manejarnos entre distintos menús).
El cuadro de relojes es vistoso pero con pocas posibilidades de configuración.Tras el volante, un cuadro de relojes digital de 10,25 pulgadas (se ofrece de serie) puede mantener el diseño tradicional de velocímetro y cuentarrevoluciones circulares, pero también puede volverse más minimalista, preservar casi todo el espacio como pantalla del navegador o visualizar mediante dibujos digitales los vehículos que nos rodean. En cualquier caso, no es muy variado en cuanto a posibilidades de configuración. Y en el centro del salpicadero aparece la pantalla de infoentretenimiento como un tablet que hubiéramos dejado en posición horizontal… Tablet de 10 pulgadas pero no de última generación porque cuenta con un marco bastante grueso (con los botones táctiles de Home y Menú a la izquierda) que seguro que más adelante irá recibiendo versiones de mayor pantalla. Por lo demás, el atractivo diseño se completa con un reducido elenco de botones físicos reducido a configuraciones del coche, modos de conducción (Normal, Confort, Sport, Eco e Individual), climatizador, luces (a la izquierda) y poco más.
Irreprochables son los asientos, en nuestro caso con memoria y con todas las posibilidades de regulación que necesitamos. Y tampoco podrán quejarse los pasajeros posteriores, que tienen incluso más espacio que antes para las rodillas (y mira que antes el Skoda Octavia ya era sobresaliente en este apartado). Con las piernas acomodadas a nuestro gusto, buen espacio a la altura de la cabeza y una muy generosa anchura, suponemos que no hará falta insistir mucho para que dos ocupantes se apunten a un viaje acomodándose en esta segunda fila. Pero como nada es perfecto, corremos el riesgo de que se nos apunte un amigo más, que deberá conformarse con una plaza central algo más alta, con el apoyabrazos central por respaldo y con un túnel de transmisión enorme. Aquí detrás, por cierto, nuestra unidad de pruebas contaba con las salidas del climatizador de tres zonas, que se ofrece en un pack opcional junto con el tapizado de los asientos parcialmente en cuero y redes y elementos de anclaje en el maletero por 905 euros.
El maletero, que por cierto también se abre de forma eléctrica en un pack por 500 euros (junto con la calefacción en los asientos delanteros y los eyectores térmicos para los lavacristales), ofrece unos inmensos 600 litros (10 más que antes), tiene formas muy cuadradas y nos ofrece un acceso de lo más cómodo gracias a que la tapa del maletero es un portón que abate consigo la luna (como es habitual en Octavia anteriores).
En cuanto a motor, Skoda ofrece de momento sólo dos motores para su Octavia: un diésel de 150 CV y el 1.5 TSI de nuestra unidad de pruebas, en este caso asociado a un cambio manual de seis velocidades. Llegarán versiones híbrida enchufable (Skoda Octavia iV), híbrida ligera (Skoda Octavia eTEC) y de gas natural (Skoda Octavia G-Tec), entre otras más, pero para ello tendremos que esperar algunos meses. En nuestro caso se trata de un cuatro cilindros que nos ha sorprendido por su suavidad y funcionamiento silencioso. El rendimiento es suficiente para un coche que pesa 1.338 kg con un conductor de medio y que está abierto constantemente a aumentar el aforo y llenar su maletero: 150 CV y 250 Nm de par, esta última a sólo 1.500 rpm. Y las prestaciones son mejor de lo que de estas cifras podíamos esperar, con 8,2 segundos en el paso de 0 a 100, 230 km/h y una forma de recuperar bastante enérgica en un coche que, en realidad, siempre tendrá más pretensiones prácticas que deportivas (salvo que en adelante hablemos de una versión RS).
Nosotros lo probamos casi todo el tiempo en autovía, la mitad del recorrido solos, la otra mitad con un acompañante adulto y en ambos casos con el maletero casi vacío, y comprobamos que la aerodinámica surte efecto porque, además de no percibir ruidos del viento, el consumo se nos quedó en unos sorprendentes 5,0 l/100 km (circulando siempre a ritmo legal), cuando en ciclo combinado Skoda ha homologado una cifra de 5,7 litros.
En nuestro más breve recorrido por carretera, el Octavia confirmó lo que siempre ha sido): un coche confortable por suspensiones, que generación tras generación ha ido mejorando el agarre en su tren delantero (cumple muy bien apoyado en los neumáticos de 225 mm de anchura en llantas de 18″), da una sensación muy ‘natural’ en su dirección y tiene una potencia de frenada correcta. Y también es agradable al tacto, con mandos físicos que se perciben sólidos (sobre todo las dos ruedas del volante) y una palanca de cambios suave, pero sin la más mínima sensación de imprecisión o desajuste.
Era inevitable que el desembarco tecnológico fuera importante en esta nueva generación del modelo checo, más allá de las mencionadas pantallas del salpicadero. Ya que nuestra unidad no montaba el cambio DSG con transmisión Shift by Wire (la conexión mecánica entre el selector del cambio y la transmisión es electrónica y no mecánica, lo que requiere menos espacio); y tampoco los faros Matrix Full Led (encienden o apagan ciertas partes de los mismos para alumbrar mejor sin deslumbrar), sí contamos con soluciones como la función Side Assist (avisa de vehículos que estén en nuestro ángulo muerto, aunque todavía estén a 70 metros), el Front Assist con Protección Predictiva de Peatones y Ciclistas (frena el coche si es necesario), el Control de Velocidad Predictivo (gracias a la cámara del parabrisas y al navegador se ajusta de forma automática al estado de la carretera), el Reconocimiento de Señales de Tráfico, el Lane Assist, el Hands-on Detect (si llevas el volante con una mano en plena recta te avisa para que lo cojas con las dos), el control gestual o verbal para el sistema de infoentretenimiento (la asistente virtual de Skoda se llama Laura), el cargador inalámbrico, los cinco puertos USB de tipo C, etc.
Y, tan interesante como todo ello, es que el precio de la versión Style con este motor no se dispara: se queda en 24.375 euros.

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