Las bajas temperaturas propias de esta época afectan directamente a determinados componentes del automóvil como son la batería o los líquidos. Está en nuestras manos evitar muchos de los daños que el tiempo frío y las precipitaciones puedan ocasionar.
La batería
Es uno de los elementos del automóvil que más sufren con las temperaturas extremas como el frío. Lo ideal es estacionar el
vehículo en un recinto cerrado por la noche, pero si no hay disponibilidad de un garaje conviene abrigarlo con fundas específicas en las noches de heladas. Un responsable de la compañía de mantenimiento Norauto, José María Nieto, enumera que «en el invierno pasado se hicieron más de 4.000 servicios de cambio de batería a domicilio o en carretera, y más de 15.300 en los propios autocentros«.
Limpiaparabrisas
Hay en el mercado líquido limpiaparabrisas específico para las temporadas invernales. Si solo se echa agua y jabón, el parabrisas se puede congelar en marcha y ocasionar un grave problema de visibilidad.
Neumáticos
Juegan un papel fundamental. Hay que mantenerlos en buen estado para evitar accidentes o aquaplaning. Es muy recomendable
comprobar que no están desgastados ya que, en este caso, pierden agarre o adherencia, sobre todo en mojado. La normativa establece que la profundidad del dibujo de la banda de rodadura no debe ser inferior a 1,6 mm aunque se recomienda no bajar de 3 mm, sobre todo con suelo mojado.
Un neumático desgastado aumenta radicalmente el riesgo de descontrol sobre el agua y alarga la frenada de forma alarmante. Se puede comprobar el desgaste con un medidor de profundidad o profundímetro en el taller. Pero también se puede analizar el estado de las gomas gracias a los indicadores que los fabricantes incluyen en el lateral del neumático: el logotipo de la marca, un triángulo o las siglas TWI. Son indicadores de desgaste que aconsejan cambiarlos cuanto antes.
Cadenas
Si se utilizan cadenas de nieve, es importante colocarlas correctamente para que no se dañen los neumáticos. Igualmente, no superar la velocidad máxima de 50 km/h con cadenas y retirarlas cuando ya no sean necesarias. Las cadenas de nieve son fundamentales para conducir con nieve si no se cuenta con neumáticos de invierno o neumáticos all season.
Romper el hielo
El equipamiento necesario para quitar el hielo del parabrisas que encontramos al salir de casa por las mañanas consiste en un líquido descongelador de parabrisas específico y una rasqueta de plástico. Rascar el cristal con un objeto metálico puede dañar la luna. No eches agua caliente sobre el cristal: el cambio de temperatura puede romperlo. La sal puede dañar la luna. Lo más importante es que no se debe conducir si no se ha quitado el hielo previamente.
Lavado
Lavar el coche con frecuencia ayuda a eliminar la suciedad propia de la lluvia o nieve que se puede quedar en el vehículo, así como la sal que se suele esparcir cuando nieva. Esta sal se queda en neumáticos, frenos y bajos y puede dañarlos. Se aconseja
el uso de agua a presión.
Escobillas
Procura que las escobillas no queden en contacto con el parabrisas durante la noche. Se puede colocar una sábana, cartón o una semifunda que cubra todas las ventanillas, dejando por encima los limpiaparabrisas. De esta forma, se evita que se queden pegados por el frío al cristal.
Ralentí
Antes de iniciar la marcha, se recomienda dejar el motor arrancado durante unos segundos para que todos los líquidos recorran los circuitos del vehículo.
Climatizador
Su buen funcionamiento es especialmente importante durante el invierno. Se recomienda su revisión previa. Hay que dirigir el climatizador hacia los cristales cuando se empañen para que lo hagan más rápidamente. La opción ideal es contar con luneta térmica delantera.
Anticongelante
Elege el líquido anticongelante o refrigerante apropiado para el invierno y comprueba de manera periódica que se encuentra dentro de los límites fijados por el fabricante del vehículo. Esto es vital para evitar daños en el motor. Un factor importante
es que tenga una temperatura de congelación cuanto más baja mejor, para que no se congele en periodos en los que haga muchísimo frío.
Mover el coche
En invierno no es recomendable dejar estacionado el vehículo durante tiempos prolongados, ya que esto también afecta a la batería y al resto del sistema electrónico del vehículo. Circular con el vehículo con frecuencia consigue que todos los sistemas se pongan en funcionamiento.