Este propulsor tan singular se usa ahora en un esquema hibrido enchufable, con 85 km de alcance y donde ese propulsor solo funciona para generar electricidad, no para mover el coche. Está a la venta desde 38.050 euros.
Desde que dejase de vender el singular RX-8 en 2012, Mazda nunca había vuelto a utilizar en un coche de serie el motor rotativo, un tipo especial entre los de combustión y que destaca por ser más pequeño que uno de pistones a igualdad de potencia. También por su sonido, mientras que en el debe hay que hablar de su elevado consumo de aceite y combustible o su mayor mayor nivel de contaminación.
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Hoy, esta tecnología vuelve a estar presente sobre el nuevo Mazda MX-30 R-EV, presentado en el Salón de Bruselas y que ya se puede pedir, aunque los coches no llegarán hasta el verano. Pero no como su único motor, ni siquiera como el principal, sino dentro de un esquema hibrido enchufable en el que funciona sólo para generar la electricidad, que es la que siempre mueve al automóvil a través de un propulsor eléctrico de 170 CV de potencia.
Es una fórmula parecida a la del Opel Ampera, aunque este se vendiera como eléctrico de autonomía extendida. El resultado es el mismo: uno y otro acaban con la llamada ansiedad por la autonomía, ya que cuando se vacía la pila, el propulsor rotativo se activa y empieza a generar más energía. Y cuando se acabe la gasolina, pues basta parar en una estación de servicio: por delante, tendremos otros 600 kilómetros.
Recargas a 36 kW
Para que el invento tenga sentido, Mazda ha dotado al coche de una batería bien grande, de 17,8 kWh, con la que alcanza una autonomía cero emisiones de hasta 85 kilómetros (o 110 en ciclo urbano), por lo que le corresponde la etiqueta CERO de la DGT. Además, y este es otro rango singular del coche, la batería se puede recargar en tomas de hasta 36 kW, pasando del 20% al 80% de carga en solo 25 minutos.
Para optimizar su uso, el conductor dispone de tres programas para la gestión de la energía. En el Normal, que es en el que arranca por defecto, se prioriza el uso eléctrico con el motor rotativo latente, pero si la batería no tiene suficiente carga o le pedimos una aceleración brusca, se activa. En el EV, se recurre a la energía de la batería hasta que se agota, aunque de nuevo se puede poner en marcha el propulsor rotativo ante una exigencia elevada de potencia.
Por último, el llamado Carga se utiliza para mantener un cierto nivel de energía, a intervalos del 10%, si es que la queremos usar para acceder al centro de la ciudad, circular en silencio por una zona residencial de noche o, llegados a destino y gracias a la tecnología V2L (con cargador bidireccional), emplear la electricidad de la pila para alimentar dispositivos como un ordenador. Deben tener un gasto máximo de 1.500 watios y se conectan a la toma ubicada con este fin en el maletero.
A la venta desde 38.050 euros
En todo caso, el nuevo Mazda MX-30 e-SKYACTIV R-EV tendrá mucha más aceptación que la variante 100% eléctrica del MX-30. Ésta ya lleva a la venta más de dos años, pero con unas matriculaciones marginales ya que su autonomía homologada de sólo 200 km y el precio hacen de él un verdadero capricho urbano. También por su agrado de conducción, la alta calidad de construcción o una singular carrocería de 4,40 metros de largo en la que las puertas traseras, de pequeño tamaño, se abren al revés.
Por fuera o por dentro, ambas versiones apenas se distinguen por detalles estéticos, unas llantas más aerodinámicas o la boca de llenado del depósito de combustible para el de autonomía extendida. Si hay más diferencias si se opta por la edición especial de lanzamiento, denominada Edition R y que luce un color especial en los laterales del techo. Eso sí, cuesta 43.600 euros. En los otros cuatro acabados, las tarifas van desde los 38.050 euros a los 41.050. A estas cantidades habría que restarles, si es el caso, los 5.500 euros que, como máximo, se pueden conseguir a través del Plan Moves III.