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Ford Mustang Mach-e: el ‘pony’ eléctrico

Ford Mustang Mach-e: el ‘pony’ eléctrico

Ford ya tuvo en el pasado modelos 100% eléctricos de muy flojo rendimiento, caso del Ford Focus de hace ya varios años. Nada que ver con lo que representa el nuevo Mustang Mach-E, uno de los 17 vehículos electrificados que habrá lanzado hasta finales de este año y que supone un cambio de paradigma en la concepción de estos automóviles. Porque no se ha buscado el utilitarismo de un eléctrico al uso, sino diseñar toda esa tecnología para maximizar las sensaciones al volante. Vamos, como si se hubiera cogido un Mustang de los años 60, con toda su personalidad, y se le hubieran puesto pilas para darle vida aunque los más puristas dirán que nada que ver con aquel modelo. 

Funcionalmente, hablamos de un coche con carrocería de todocamino y 4,71 metros de largo, aunque con rasgos (como el capó alargado o la forma de los faros posteriores) que evocan al icónico Mustang lanzado en 1965, aunque este con carrocería coupé de dos puertas. Sus rivales son muchos, la mayoría de marcas premium (BMW iX3, Mercedes EQC, Jaguar i-Pace o Tesla Model Y9, pero también de otras generalistas, caso del VW ID.4 o de Skoda Enyaq. Con unas tarifas que oscilan entre los 48.500 euros y los 64.903 euros, ofrece una excelente relación entre precio, potencia y equipamiento, quedándose a caballo entre esos dos grandes grupos de competidores. 

Interior con una enorme pantalla de 15,5 pulgadas

El aspecto exterior del coche, que como poco lleva llantas de 18 pulgadas, es contundente y llamativo. Como lo es el sistema de apertura de las puertas: a través del app Ford Pass Connect, podemos programar el móvil para que funcione como llave. O desbloquear las puertas mediante un código que se introduce en un teclado colocado en el pilar central. Por último, también podemos recurrir a la llave tradicional. Luego, solo queda pulsar un botón en cada una de ellas para que se abran y, en las delanteras, tirar de un pequeño saliente. 

Accedemos entonces a un habitáculo muy cuidado, donde encontramos pocos plásticos duros en las zonas más bajas y menos visible, pero cuero para la tapicería en todas las versiones.O unos enormes altavoces de B&O perfectamente integrados en el salpicadero. Por delante del volante, una pequeña pantalla digital nos muestra los datos básicos de la conducción, pero el protagonismo es para el enorme tablet de 15,5 pulgadas colocado en vertical, siguiendo el estilo que inauguró Tesla. 

Actualizaciones desde la nube

A través de ella tenemos acceso a todos los sistemas de conectividad, confort, seguridad y dinámica que ofrece el coche y que son muchos. Según Ford, el cerebro que la gobierna es el sistema Sync 4, el doble de rápido que el anterior. Tiene una excelente resolución, es bastante intuitiva (aunque en algunas ocasiones más lenta de lo esperado) y cuenta con una rueda inferior para accesos rápidos, además de reservar la parte inferior (muy abajo) para los mandos de la climatización. Su uso hace que apenas tengamos más botones que los ubicados en el volante, pero nos gustaría que tuviese al menos los del selector de modos de conducción y del sistema one-pedal. Hay que acceder a ellos toqueteando en la pantalla, y eso distrae. También mejoraría la ergonomía si fuese orientable. Algunos conductores la encontrarán demasiado vertical. 

Por supuesto, también la podemos gobernar a través de órdenes vocales y el software permite, además de personalizar hasta 80 parámetros, que aprenda de nuestros hábitos. Por ejemplo, para sugerirnos que hoy toca, como todos los lunes, acudir al gimnasio. O que, dado nuestro estilo de conducción (y teniendo en cuenta también aspectos como la orografía de la ruta), no tendremos autonomía suficiente para llegar al destino que hemos marcado al navegador. Posibilidades que siempre irán a más, al estar el coche conectado a la nube y preparado para la descarga de sucesivas mejoras, como puede ser la introducción de nuevos programas de conducción. 

Autonomía de hasta 610 km entre recargas

Por lo demás, es un coche amplio para cinco ocupantes, con mucho espacio para las piernas, la cabeza y a lo ancho en la parte trasera, donde no hay túnel de transmisión, aunque el respaldo de la plaza central es bastante duro. El maletero cuenta con 402 litros detrás y otros 81 bajo el capó delantero, este último hueco lo podemos reservar para dejar cosas sucias ya que tiene boca de desagüe, al estilo del Ford Puma. 

La gama disponible a la venta en España permite escoger entre tres niveles de potencia (269, 294 y 351 CV), dos baterias (con 75,7 y 98,7 kWh de capacidad, respectivamente) y tracción a las ruedas posteriores o total si añadimos un segundo motor eléctrico en el eje delantero. Además, para finales de año llegará el Mustang Mach-E GT con 487 CV, chasis y frenos deportivos, llantas de 20 pulgadas y suspensión de ajuste variable magnetico. En función de la combinación escogida (no todas son posibles), la autonomía oscila entre los 440 y los 610 km y para recargar de nuevo la batería, el cargador embarcado admite hasta 11 kw en corriente alterna y 150 kw en continua. Esto último quiere decir que con solo 10 minutos se pueden recuperar hasta 119 km, y que en las versiones con la bateria pequeña, en menos de 40 minutos pasamos del 10% al 80% de la carga. 

Tres modos de conducción y one-pedal

Para facilitar estas operaciones, Ford ofrece cinco años gratis de permanencia en una red paneuropea que da acceso a más de 125.000 puntos de recarga; y durante el primer año de propiedad del coche, acceso a los supercargadores de Ionity a mitad de precio (fijado hoy en 0,79 euros el kW). Además, facilita el walbox para casa por un precio de unos 600 euros (instalación y cableado aparte). 

En la parte dinámica, todas las versiones cuentan con un selector de modos de conducción, con tres programas: Whisper, que vendría a ser el Eco, Active (el normal) y Untamed (el más deportivo). En este último, el sonido se vuelve más bronco y apetece pisar el coche, aunque también lo podemos seleccionar a voluntad. Igual que el sistema one-pedal, que intensifica la recuperación de energía cuando dejamos de acelerar hasta el punto de que sirve como freno en la mayoría de las circunstancias. La regeneración también aumenta si seleccionamos el modo L del cambio de marchas. 

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