Nos hemos acercado al Opel Grandland 2022 para comprobar sus novedades y hemos encontrado numerosas mejoras, tanto en lo que atañe a la presentación como al comportamiento. En unos pocos kilómetros, uno de los modelos propulsados por gasolina y el reluciente PHEV Grandland Hybrid 4 con tracción total han mostrado mejores cualidades. La actualización engrandece sus atributos.
El híbrido enchufable más potente es mucho más suave y prestacional (300 caballos frente a 130) y cuenta con una dirección precisa se desenvuelve con una suavidad no solo en el modo eléctrico o híbrido, sino también si pulsamos la tecla Sport. Guardamos la energía de las baterías para cuando nos sea más útil. Las diferencias entre ambas tecnologías, lógicamente, se encuentran también en el precio.
Toda la gama viene sobradamente equipada en aspectos de diseño, calidad percibida y sistemas de ayuda, confort y entretenimiento. La nueva entrega del SUV compacto alemán recoge el frontal Opel Vizor de la nueva gama Opel (como en el Mokka) con su rejilla más alargada y estrecha que le da un aspecto más elegante y ágil.
Los laterales conservan las líneas generales de Grandland X anterior y en la zaga se unifica el color de la carrocería (sin zonas grises) y el emblema del rayo y el nombre del modelo se centran y estiran sobre el portón que en los acabados altos puede abrirse sin manos, con un movimiento del pie.
La novedad más importante del modelo es la incorporación en el Grandland 2022, por primera vez en Opel, del sistema de visión nocturna Night Vision que permite detectar en la oscuridad objetos animales o personas a 100 metros de distancia, gracias a una cámara térmica oculta tras el Opel Vizor que avisa de esa presencia en la carretera. El contacto con el coche fue en horas muy luminosas del día, así que habrá que comprobar su eficiencia en una posterior ocasión.
Por dentro, la nueva digitalización destaca en un salpicadero bien organizado y elegante con la incorporación del llamado Opel Pure Panel, que combina dos pantallas de diferentes dimensiones que pueden ser de 7 y 10 o 12 pulgadas, respectivamente. La infografía es clara, sencilla y agradable. A la buena sensación que le causan los asientos a nuestra espalda se unen posibilidades de ajuste con memoria (el del conductor), calefacción y ventilación, según acabados.
Los acabados disponibles son los Business Edition (más básico y fundamentalmente dirigido a flotas), GS Line (distinguible por sus llantas completamente negras) y Ultimate, con sus llantas bicolor y un refuerzo en los pasos de rueda que le confieren una apariencia más musculosa.
El repertorio de mecánicas abarca los motores térmicos 1.2 Turbo de gasolina con cambio manual de seis marchas o automático de ocho y el 1.5 diésel exclusivamente con la transmisión automática. Todos ellos con 130 caballos de potencia y moderados consumos y emisiones de CO2.
Los híbridos enchufables cuentan con el motor 1.6 turbo de gasolina y tracción delantera de 180 caballos. El Hybrid con tracción delantera suma un motor eléctrico de 110 CV para dotar al conjunto de 225 caballos de potencia, mientras que el Hybrid 4 alcanza los 300 caballos con otro motor eléctrico adicional de 113 caballos en el eje trasero. Ambas motorizaciones, gestionadas por una suave caja de cambios automática de ocho relaciones, cuentan con una autonomía eléctrica de entre 60 y 66 kilómetros.
Los precios de la gama parten de los los 23.600 euros del Business Edition de gasolina y los 34.600 del Hybrid con tracción delantera. El 4×4 en su versión más alta está en torno a los 44.000 euros. Todos los precios citados llevan descontados las ofertas y en el caso de los ‘etiqueta cero’ el Plan Moves con achatarramiento.
Por el momento, con menos de 1.000 pedidos registrados por Opel en nuestro país, el 13% de ellos ha correspondido a los híbridos, el 33% se ha decantado por el motor diésel y el 54% por el de gasolina. Las previsiones de ventas que manejan en la marca es que las versiones PHEV crezcan con cierta alegría a medida que se vaya conociendo más la actualización del SUV alemán.
