Los coches diésel siguen sufriendo las graves consecuencias de una injusta demonización de este combustible, y las ventas de vehículos a gasoil han vuelto a desplomarse en España en 2020. En 2014 el 66,1% de los compradores optaba por un turismo o todoterreno propulsado por un motor diésel debido a su mayor eficiencia (consumen un 25% menos), pero seis años después este porcentaje ha caído hasta el 27,9%, según los datos de matriculaciones de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
En el resto de Europa también desciende drásticamente la venta de coches a gasoil a pesar de que los motores diésel modernos son mucho más eficientes y menos contaminantes que los de hace 20 años. En 2019 se vendieron 4,93 millones de vehículos diésel en Europa, lo que supone un 12% menos respecto a 2018. La cuota de mercado del diésel ha caído hasta el 31% en menos de una década, (20 puntos menos que en 2010), cuando más de la mitad de los coches que se matriculaban en la Unión Europea (51%) eran de gasoil frente al 45% de los coches de gasolina.
La proporción se ha invertido radicalmente en una década y los coches de gasolina ya representan el 59% de las ventas totales en la UE, después de que las matriculaciones de gasolina aumentaran otro 5% el año pasado. Seis de cada 10 entregas en 2019 correspondieron a coches de gasolina, cuando en 2010 sólo representaban el 45% de las matriculaciones en Europa.
Gases de efecto invernadero
Pero, ¿está justificado este cambio de tendencia por las emisiones de gases contaminantes del diésel? Los fabricantes han dejado de hacer pedagogía en este sentido y se han centrado en fabricar y comercializar lo que el público demanda, pero los expertos nos recuerdan una y otra vez que los coches diésel no son más contaminantes que los vehículos de gasolina equivalentes. De hecho, los turismos diésel consumen un 25% menos y emiten entre un 20% y un 25% menos de CO2 que los de gasolina, el gas de efecto invernadero de larga duración más importante y el principal causante del calentamiento global.
Pero, entonces, ¿por qué se han ganado tan mala fama en los últimos años y muchos compradores huyen del diésel como de la peste? El hecho de que emitan más óxido de nitrógeno o nitroso (NOx), con efectos nocivos para la salud humana y responsable también del calentamiento globlal (pero en menor medida que el CO2), ha penalizado mucho a las mecánicas diésel, sobre todo en los núcleos urbanos más congestionados.
Evolución de los motores diésel
Pero también aquí también hay que hablar de una gran evolución gracias a la capacidad de adaptación de los fabricantes: los nuevos coches diésel emiten un 84% menos de NOx y un 91% menos de partículas que los vehículos de hace 15 años. Todos los diésel nuevos que se comercializan en España cumplen, al menos, con la normativa Euro 5, que establece un límite de emisiones de 180 mg/km de NOx para las mecánicas diésel y 60 mg/km de NOx para los motores de gasolina. Esto les hace merecedores de la etiqueta ambiental B (amarilla) de la DGT. Y algunos diésel incluso cumplen la normativa Euro 6, que establece un límite de emisiones de 80 mg/km de NOx para las mecánicas diésel y 60 mg/km de NOx para los motores de gasolina, por lo que les corresponde la etiqueta C (verde) de la DGT. Por no hablar de los híbridos enchufables que combinan un motor diésel con otro eléctrico, a los que les corresponde la etiqueta CERO.
Además, el contexto restrictivo actual está provocando el efecto contrario, ya que en 2017 por primera vez aumentaron las emisiones de CO2 en Europa en los últimos 10 años. ¿El motivo? La mayor venta de motores de gasolina y de carrocerías SUV (menos aerodinámicas y más grandes y pesadas) que, por lo general, producen más emisiones de este tipo de gas invernadero. Se ha dado la curiosa paradoja de que muchos fabricantes han tenido que aumentar el volumen de vehículos diésel en su mix de ventas para poder cumplir los exigentes límites de la Unión Europea sobre emisiones de CO2.
Prohibición de coches diésel
Así que hay una cosa que está clara. Si usted piensa que por comprarse un SUV o un todocamino de gasolina va a contaminar menos que con con un coche diésel sepa que está equivocado. No sólo va a aumentar considerablemente el gasto de combustible, sino que además va a emitir más CO2 a la atmósfera que con un vehículo diésel equivalente. Y la circulación o comercialización de coches diésel no se va a prohibir antes que los de gasolina, ya que ambos están en el mismo saco (vehículos de combustión interna) y el modelo de gasolina tampoco representa una ventaja en este sentido.