El futuro es del coche eléctrico, en ello coincide toda la industria, lo cual abre la puerta a dos tecnologías. Por un lado, la de los modelos que se mueven con la energía almacenada en la batería. Por otro, la de aquellos que recurren a una pila de combustible para generar la electricidad que luego propulsará el vehículo. Toyota, Hyundai y Honda han sido, desde hace años, los grandes defensores de este último camino.
La alemana BMW también. De hecho, ya está probando en carretera varias unidades del iX5 Hydrogen, una versión del actual todocamino con un sistema de propulsión de pila de combustible de hidrógeno, El objetivo es afinar la tecnología de cara a ponerlo a la venta a finales del año 2022. Sea como el único sistema de propulsión del vehículo o sea para complementar a uno híbrido o eléctrico para aportarles un plus de autonomía.
Repostaje en unos pocos minutos
Y es que, a diferencia de un automóvil a baterías, uno con pila de combustible reposta sus depósitos de hidrógeno en apenas unos minutos, al estilo de un coche convencional. Luego, ese hidrógeno se mezcla con oxígeno en la pila, produciendo electricidad y generando como único residuo vapor de agua. El gran problema de esta tecnología es el escaso desarrollo de estaciones de repostaje. En Alemania existen unas 80 y en España, ahora mismo no hay ninguna abierta al público.
En concreto, el BMW cuenta con un depósito de seis kilos de hidrógeno, que le darían para cubrir más de 500 kilómetros hasta vaciarlo. En cuanto al tren motriz eléctrico, alcanza los 375 caballos de potencia, que es la misma caballería que da su motor V6 de gasolina, pero con la ventaja que tiene ofrecer el par motor máximo de forma casi instantánea y al principio de la marcha.
Los asistentes al Salón de Múnich, que se abre al público a partir del martes de septiembre, podrán comprobar sus virtudes ya que habrá una flota de pruebas. El coche es, en realidad, una evolución del prototipo BMW i Hydrogen Next que presentó por primera vez en 2018.