Los nuevos modelos Competition preparados por BMW Motorsport, la berlina de cuatro puertas BMW M3 y el coupé BMW M4 salen con 510 caballos ‘domesticados’, gracias a la tecnología que modula los motores, el cambio y tanto las suspensiones como los frenos y la dirección.
Ahora bien, esta suavización, que facilita el tráfico urbano y cómodos viajes por carretera, no impide que se lancen de 0 a 100 Km/h en 3,9 segundos, alcanzar los 250 km/h y, opcionalmente, los 290 Km/h y capacidad para mantener una escalofriante velocidad de paso por curva.
El BMW M3 nació en 1986 como berlina deportiva para su uso en competición. Su éxito fue tan grande que se convirtió en un mito dentro de la producción de BMW. Desde entonces le han sucedido cinco generaciones más -cada una con un carácter diferente- pero siempre con un espíritu indómito y de altas prestaciones.
De BMW M3 a M4
En 2014, el tradicional coupé perdió el nombre de M3 en favor de la berlina de cuatro puertas, y pasó a llamarse M4. Ahora, en la sexta generación, la división deportiva de BMW ha preparado la versión Competition, ya conocida en otros modelos de la marca bávara.
Entre el M3 y el M4 apenas hay 5 Kg de diferencia a favor del primero (1730 – 1725 Kg), comparten distancia entre ejes, la misma longitud y anchura, el mismo motor y el mismo cambio. La diferencia es en el número de puertas y en la amplitud de las plazas traseras.
Ambos estrenan un nuevo motor de 6 cilindros en línea supercompacto con 3 litros de cilindrada y doble turbo (cada uno sobrealimenta tres cilindros), con distribución variable y sofisticada gestión electrónica, que proporciona 510 CV de potencia a 6.250 rpm, manteniendo 650 Nm de par entre 2.750 y 5.500, lo que se traduce en una gran elasticidad a medio régimen.
Este propulsor ha sido creado como base para el próximo BMW M4 GT3 de carreras. Va acoplado a un cambio semiatutomático M-Steptronic de 8 velocidades con convertidor de par.
Tracción perfecta
Aunque la propulsión es trasera (en el futuro aparecerán versiones X-Drive de tracción total) va equipado con una red de control de tracción y estabilidad -M Dynamic Mode- y de suspensión -Adaptative M- que garantizan una tracción perfecta sólo con dos ruedas motrices.
BMW Motorsport ha desarrollado el bastidor de los Competition como si se tratara de un coche de carreras para satisfacer la demanda de su principal cliente: el que desea usar su M3 o M4 Competition en ‘track-days’ en circuito, además de en un uso diario.
Las ventas de las versiones BMW M se han incrementado un 6% en el último año y actualmente doblan la cifra de hace cinco años, con más de 144.000 unidades entregadas.
El conductor diario puede convertirse en piloto con sólo activar algunos botones que encuentra en la consola, modificando una infinidad de parámetros. Hay tres modos de conducción básicos (Normal, Sport y Track), pero a través de los controles de Set-Up pueden personalizarse todos y cada uno de los elementos mecánicos y dejarlos memorizados. Así, basta con tocar cualquiera de los pulsadores rojos del volante (M1 o M2) para activar un modo específico predefinido.
Lobos o corderos
Hace falta un buen curso para aprender a programar todas y cada una de las funciones. Los BMW Competition pueden ser lobos o corderos con sólo tocar un pulsador. Los clientes más deportivos pueden solicitar su M3 o M4 Competition con asientos de fibra de carbono (10 Kg más ligeros), neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 montados en llantas de 19 y 20 pulgadas y frenos cerámicos con pinzas de 6 pistones y 400 mm de diámetro.
BMW comercializa tres paquetes de equipamiento: M Race Track, que incluye todo lo anterior (29.000 euros), M Carbon (6.000) y Technology (3.800), que pueden sumarse al precio de base: 111.200 euros para el M3 y 113.200 para el M4.
En un futuro próximo aparecerán las versiones M4 cabrio X Drive, M3 y M4 X Drive (4×4) y el familiar M3 Touring, aunque ya para dentro de dos o tres años.