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BMW i Vision DEE, así serán los modelos futuros de la marca alemana

BMW i Vision DEE, así serán los modelos futuros de la marca alemana

El CES de Las Vegas es el salón tecnológico mundial por excelencia y uno de los más importantes también para el automóvil. En los proyectos que allí se presentan se observa claramente el proceso de transformación que está experimentando el automóvil en apenas un lustro. Otro ejemplo lo hemos visto este año con el BMW i Vision DEE, un acercamiento al coche del futuro, al menos como lo concibe la marca de Baviera. Con la digitalización llevada al extremo, la sostenibilidad y la conectividad, que alcanzarán cotas que hoy somos incapaces de imaginar.

Aprovechando el escaparate del Consumer Electronic Show, la marca bávara ha mostrado el vehículo que incorpora toda esa filosofía. Su nombre se refiere a las iniciales en inglés de Experiencia Digital Emocional (DEE). Con la pretensión de ‘hacer sonreír al usuario’, Dee está muy alejado de los turismos que circulan actualmente por la carretera.

Su carrocería de tres volúmenes es absolutamente limpia (una especie de Serie 3 del futuro), sin una sola arista que sobresalga, porque no lleva ni retrovisores ni manillas de puertas ni aletines. Ni siquiera el logotipo sobresale de sus líneas planas, pues va impreso en bajo relieve sobre la chapa. Los numerosos sensores y cámaras facilitan cualquier operación, como por ejemplo, el acceso al interior al acercar la mano. Los propietarios también podrán crear su propio avatar que, si quieren, aparecerá reflejado en las ventanillas para darnos la bienvenida. Y es que todos los cristales del coche, incluidos unos módulos en el frontal y la parte trasera, se aprovechan para reflejar imágenes o mensajes a gusto del consumidor.

Carrocería que cambia de color

Otro gadget sorprendente es la posibilidad de cambiar el color de la carrocería, en su totalidad o por tramos, una técnica en la que lleva tiempo trabajando BMW y que está en una fase bastante avanzada, según pudimos comprobar en una visita al centro de innovación que la empresa tiene en las afueras de Múnich. La E Ink, algo así como una tinta electrónica, se compone de un conjunto de láminas plastificadas a las que se adhieren dos electrodos de distinto signo que, mediante una pequeña corriente eléctrica, cambian el color de la capa superficial por el de otra situada debajo o viceversa.

El efecto es fascinante y con un consumo de energía mínimo, pues solo es necesario aplicar el voltaje en el momento de la mutación. La idea está tomada de lo que se puede hacer con la pantalla de un libro electrónico y su precio de producción, aunque no han querido detallar cifras, es bastante asequible.

Pero si el exterior resulta impactante, cuando accedemos al habitáculo será difícil no quedarse con la boca abierta. Para empezar, no encontramos ningún botón, ningún dial, ni una sola pantalla. Tampoco parasoles, ya que el parabrisas hace esa función cuando es necesario. Todo se reduce a cuatro confortables asientos, un volante y un salpicadero liso, igual que los guarnecidos de las puertas.

Además, la totalidad de los tejidos empleados, que ofrecen una apariencia muy confortable y de gran calidad, están hechos con materiales sostenibles.

Instrumentación en el parabrisas

Entonces, ¿no hay nada de información?, ¿no podemos configurar los sistemas habituales? ¡Por supuesto que sí, pero de manera táctil. Si queremos abrir la puerta o bajar la ventanilla, basta con mover la mano en esa dirección para que aparezcan unos pulsadores virtuales sobre la puerta que nos permiten realizar la operación. El resto, es decir, todo lo que concierne a datos de la conducción, del trayecto o de las distintas funciones habituales lo veremos proyectado a lo ancho del parabrisas.

El nivel de información que se desplegará va a depender de nuestros deseos de cada momento, y podremos ampliar o reducir ese volumen de datos con ir pasando un dedo sobre unos sutiles símbolos que hay encadenados en el salpicadero.

Además, si utilizamos el navegador se proyectarán unas líneas y flechas que se sobreponen a la parte de la calzada que debemos seguir, lo que es de gran ayuda para no perderse. Incluso, si no estamos muy a gusto con el entorno real por el que circulamos, tenemos la opción de personalizarlo.

Es decir, que si conduzco por un paisaje monótono y acompañado por la lluvia, el sistema me permite crear un fondo soleado y lleno de vegetación sin afectar al trazado que sigo con el volante.

Jugando con el BMW i Vision DEE

La última sorpresa pudimos probarla en un coche de producción actual en el antiguo aeródromo de Maisach, que sirve de base para la Academia de Conducción de BMW. Se trata de un juego de realidad mixta: al volante del vehículo, nos colocamos unas gafas de realidad virtual y lo que tenemos delante dejan de ser las pistas de aterrizaje para convertirse en un trazado imaginario en el que se plantea un reto. En este caso era pasar por encima de unos logotipos de la marca para ir sumando puntos, al tiempo que esquivábamos obstáculos que salían al paso. Una especie de Mario Bros usando tu propio vehículo.

De ahí lo de realidad mixta, pues guiamos un automóvil de verdad en un espacio real, pero lo que nuestros ojos ven no es la carretera sino la imagen de un videojuego. Muy, muy divertido, aunque ojo, solo compatible con espacios cerrados y sin peligro, no para jugar en mitad del tráfico.

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